miseria y pobreza
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Como sus padres se oponían rotundamente a la relación, decidieron verse en secreto. Cada noche, la doncella colocaba una linterna en la ventana de su habitación. Esto avisaba a Leandro de que ella se encontraba en la orilla opuesta al estrecho que separaba sus casas, que no había ningún peligro de que fueran vistos, y además le servía de guía para no perderse. Todos los días, al ver la luz, el mancebo cruzaba el mar a nado y se veía unas horas con su amada.